Metas y objetivos de la organización
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Cierto día el Director de un restaurante exhortó a su administrador, a duplicar la meta proyectada de las ventas por «delivery». Luego de un par de semanas y casi por vencido, el administrador realizó su acostumbrada supervisión por los módulos del “call center”. Todo parecía marchar bien, sin embargo, esta vez su nuevo desafío le permitió advertir que las operadoras se habían acostumbrado a ofrecer gaseosas como única opción de bebida. Incluso algunas ni sabían que existían envases especiales para vender la chicha. Si comparan el margen de un vaso de chicha respecto a uno de gaseosa y casi con el mismo precio, no es difícil reparar que la chicha tiene mayor margen. Inmediatamente, se reunió con las operadoras y les dijo que ofrecieran las chichas como primera opción de bebida.
Para resumir, lo que vino después fue simplemente increíble, los clientes en su gran mayoría no cuestionaron el ofrecimiento de la chicha y el indicador de ventas se incrementó a tal punto que se quebró el stock de los envases. Hay 2 lecciones de esta anécdota: (i) Mantener una meta histórica, nunca nos dará la oportunidad de generar un espacio para el cambio, (ii) Desarrollar estrategias para aprovechar nuestros productos complementarios que tienen alto margen.